lunes, 5 de enero de 2009

Acariciar - Death Note


Disclaimer: Death Note no me pertenece
Para: Retos ilustrados
Carta: Sensaciones
Tabla: Funciones del cuerpo / Acariciar
Fandom: Death Note /
Advertencias: Lime, no menores de 16 años
Dedicatoria: Este drabble es un regalo para mi mami Morri, espero le guste y a ella le dedico mi primer lime... ¡Feliz navidad y próspero año nuevo! (Es algo tarde, pero áquí está mi regalo)

Acariciar

Sus manos recorrieron el rostro de su acompañante. Las yemas de sus dedos abarcaron la mayor piel posible, el tacto era suave; quería disfrutar lo más posible.

—Mello —susurró con dificultad. Su nívea piel se erizó en el momento en el cual Mello, paseó su lengua por la curvatura de su cuello.

Era tan placentero, pero también incorrecto.

Las manos de Near se aferraron a las sábanas, la sensación era increíble. Un escalofrío recorrió su espina dorsal en el momento que el rubio besó su clavícula. Un suave gemido abandonó sus labios sorpresivamente, Mello estaba atacando con maestría el inicio de su pecho; el tacto de su lengua provocaba que pequeños jadeos escaparan de su boca y apretara fieramente las sábanas.

—No hagas tanto ruido —comentó seductoramente. Sus manos desprendieron con sensualidad la parte superior del pijama del joven de cabellos nacarados. Con arrebato pero delicadeza, recorrió cada parte que salía al descubierto; acariciando con ansiedad su piel desnuda. Sacó la lengua, preparado para probar todo lo que estuviera a su alcance.

—No hagas eso —dijo molesto Near. Sus manos detuvieron la cabeza del rubio en el momento justo. Mello sólo lo miró con reproche. Deseba verlo retorciéndose bajo su cuerpo suplicando por más; no le negaría esa placentera imagen.

Con una sonrisa algo cínica, acercó su rostro a su oreja.

—No me negarás esta victoria —dijo. Y atacó el lóbulo de su oreja, su lengua recorría magistralmente esa sensible área.

—Mello —volvió a gimotear el pequeño. Sus pálidas manos se aferraron al torso del rubio. Su respiración se volvió aun más superficial cuando Mello acarició sus pezones. Al ver esa reacción, Mello decidió que torturarlo sería un juego muy entretenido.

— ¿Qué te sucede Near? —preguntó con falsa inocencia. Sus dedos pellizcaron esa sensible zona arrancándole un sonoro gemido al jove— ¿Te gusta?

— ¡Basta! —ordenó. Sus mejillas habían adquirido un tono carmesí, y su respiración se agitaba incontrolablemente.

Probaban la fruta prohibida, y era exquisita.

Ignorando la orden de Near, trasladó sus labios hasta uno de sus oscuros pezones. Con lujuria, lo introdujo dentro de su boca, succionándolo lenta y tortuosamente, haciendo a su amante desfallecer de placer, acariciando con parsimonia aquella piel cremosa. Era placentero, demasiado placentero. Pero tampoco negarían que era totalmente incorrecto.

Sin importar esa inminente verdad no se detendrían, aquí no importaba en honor ni el sentido común. Tal vez no se entendían por medio de palabras, pero utilizaban un lenguaje mudo que expresaba mil veces más sentimientos que esos simples términos.

Por que para expresar sus intenciones, sólo bastaba una simple caricia.
Notas finales: Piedad, es mi primer lime.