miércoles, 10 de junio de 2009

Grande [Original]

Carta: Retos sueltos.
Tabla: Sólo una muñeca.
Fandom: Original.
Grande.

Melanie siempre fue una chica dulce y tierna, sobre todo cuando, a la edad de seis años, su padrino le regaló una muñeca de cabello rojo y bucles perfectos al igual que su pequeña carita de plástico y sus preciosos ojos verdes. Ellas eran como hermanas, a pesar de que ese juguete era plástico inanimado, la niña la trataba como si estuviera viva; adoraba cuando la gente decía que ella y su cabello rojo peinado en caireles se parecía mucho a su muñeca perfecta, por lo cual: si su dueña se vestía de azul… ¡adelante!, la pequeña muñeca no desentonaría y en poco tiempo tendría puesto un precioso vestido color celeste; sin embargo, la niña pequeña creció.

A pesar de que ella ahora tenía ocho años, seguía con su juguete en brazos. Amanda, así se llamaba su muñeca, ¡oh, su preciosa muñeca! Amaba arrancar las miradas de envidia de las chicas del colegio al tener tan magnífica obra de arte bajo su control… pero como era previsto, la niña siguió creciendo. A la edad de once años, su vida dio un giro drástico.

Ella seguía teniendo a Amanda y sus bucles rojizos como única compañía, no tenía amigas y jugaba siempre con esa muñeca, esa hermosa muñeca, esa estúpida muñeca. Su madre la encontró abstraída en su pequeño mundo perfecto, en donde su querida Amanda junto a ella jugarían por siempre. Eso a su progenitora la trastornó y un día terminó por decirle unas cuantas cosas; palabras sin sentido para cualquier persona normal, pero para su hija eran palabras hirientes.

—Melanie —dijo su madre con una voz firme—, deja esa muñeca.

Los ojos de la niña se desenfocaron, como si la mujer frente a ella acabara de cometer una blasfemia.

—Pero… pero, madre. Amanda y yo somos amigas —susurró con los ojos llenos de lágrimas—, las amigas no se abandonan.

—Maldición, Melanie. ¡Deja esa maldita muñeca!

Y Amanda salió volando de sus manos, rasgando su bonito vestido color azul y desacomodando sus cabellos rojos… ese juguete era sólo una muñeca inanimada, plástico que pronto se pudriría en el desagüe a pesar de los gritos de protesta de la pequeña. Esa maldita muñeca que tenía mas poder sobre toda niña pequeña que su propia madre.
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Eso fue lo que salió. Déjenme un suspiro al viento ^^