domingo, 14 de diciembre de 2008

Amenazar – Death Note


Para: Retos ilustrados
Carta: Sensaciones
Tabla: Funciones del cuerpo / Amenazar
Fandom: Death Note / Melancolía & culpa

El cañón de la pistola viajó de su cuello a su frente; el frío del arma le erizó la piel. Un arma que nunca se dispararía, a menos que el dueño realmente deseara matarlo; cosa muy improbable para ser exactos. Mello simplemente se limitó a observarlo, su mirada impasible lo recorrió de pies a cabeza sin detenerse.

—Demasiado fácil —murmuró. Sus dedos sujetaron fieramente el gatillo, moderando lo suficiente su fuerza para evitar disparar el arma accidentalmente— ¿No puedes tratar de defenderte? —preguntó furioso.

Con una mano, apartó violentamente el cabello que cubría su cicatriz. Le importaba un bledo lo que ocurriera, Near lo escucharía; al diablo con todo lo demás.

—Sé que no dispararás…Mello —respondió.

Sus manos torcieron viciosamente un mechón de su cabello, en ese mismo instante lo miró fijamente a los ojos. Hace mucho tiempo que había perdido la esperanza de recuperar al Mello de quince años.

—Déjate de falacias y enfrenta la realidad. Eres incapaz de hacerme daño —sus ojos recorrieron el contorno de los labios del rubio. Una mueca de enfado surgió haciendo que sus facciones se contorsionaran.

La rabia lo consumía, estaba lo suficientemente enfadado como para jalar del gatillo y acabar con esa estupidez de una vez por todas; pero por más que le doliera, era cierto: No era capaz de lastimar a Near. Se recriminaba por ser tan débil, siempre quedaba en segundo lugar, siempre perdía ante él. Pero es algo inevitable.

Sus manos apretaron aún más el mango de la pistola, acercando aún más la letal arma al pecho de Near y por consecuente, presionando el cañón de la pistola contra la piel expuesta. El gemido lastimero que soltó al sentir la presión del arma contra su cuerpo, fue lo suficientemente alto como para que su acompañante supiera que lo tenía a su merced.

— ¿Así que crees que no te haré daño? —preguntó.

Una sonrisa socarrona comenzaba a asomarse por la comisura de sus labios, sus ojos le sonrieron malévolamente pero al mismo tiempo, una chispa de dolor los adornó.

Podía ser miembro de una mafia bastante poderosa.

Podía ser uno de los criminales más buscados.

Podría ser la persona que secuestrara y extorsionara inocentes con el único propósito de obtener más poder.

Pero… nunca podría ser un asesino.

En todos los años que permaneció en la mafia, nunca cometió el atroz crimen de asesinar; siempre fue la mente detrás de todas las acciones, pero nunca fue el autor material. Cada vez que planeaba algún secuestro o incluso un asesinato, debía pedir perdón; el rosario que llevaba consigo no era un simple accesorio. Su alma hace mucho tiempo que se la había encomendado a Dios, sabía perfectamente que no existía perdón para él, pero la sensación de tranquilidad que obtenía al redimirse era suficiente.

—No —respondió Near. Sus ojos se encontraron con los de Mello, la verdad es que no lo dañaría—, no creo que no me harás daño, que no lo harás.

Mello escondió su rostro avergonzado, ¿Tan obvio era? Sólo se limitó a caminar y alejarse del pequeño.

Lo único que podía hacer en contra de Near, era amenazarlo.

2 comentarios:

  1. Oh, la foto es de mi amado dante...como adoro a ese tipo tan sexy y sexy *-*

    Disculpa, me guardaré la baba.

    Me parece un buen relato sayita ^^
    Estas cumpliendo bastante rápido.

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  2. ahhh, disculpa pero dante es demasiada tentación para mí *-*

    *corre a escribir algo de él*

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