miércoles, 18 de marzo de 2009

Apeirofobia - Original.

Carta: Sólo para Originales.
Tabla: Miedos / Apeirofibia.
Fandom: Original.

Apeirofobia.
(Miedo al infinito)


Tus manitas se aferraron con vehemencia a la madera del barandal. No querías avanzar ni un paso más, te aterraba saber lo que habría después de esa espesa bruma en aquel puente interminable. Tal vez encontrarías fronteras nunca imaginadas por el hombre, o incluso nuevas y extrañas criaturas que habitaron la Tierra en silencio.

—Mami —susurraste—, no quiero.

Y ella sólo te miró con reproche, sus manos sujetaron tu muñeca con firmeza y fuerza, obligándote a avanzar.

—No seas cobarde, Mary —gritó y te jaló al otro lado del puente, haciendo que soltaras un ligero chillido de angustia y pánico—. No me obligues a cargarte y llevarte a la fuerza.

Sólo pudiste asentir y ponerte a llorar. Ella no lo entendería, nunca lo haría; pero eso no te incomodaba, lo único que deseabas era quedarte en el lado seguro del puente, donde sabías que pisar la suave y cálida tierra era seguro.

Avanzaron en un silencio quebrado solamente por tus sollozos, tratando de que tu madre comprendiera el terror que te embriagaba en esos momentos. ‘Quiero volver a casa’ pensaste y comenzaste a temblar al seguir sin ver el final del camino.

Te aterraba más que no descubrieras el final del sendero, que enfrentarte a criaturas desconocidas. Nada en este mundo era infinito, ni el universo ni nada. El pensar esas cosas era más que surrealista y tú no te podías dar ese lujo. Eras una niña pequeña, pero sabías que no tenías permiso de pensar que había algo sin final.

Temblaste cuando el extremo de sendero por el cual entraste desapareció entre la neblina, ahora no tenías lugar para echarte a correr cuando el final no apareciera y quedaras vagando de por vida junto a tu madre.

—Mami —volviste a susurrar e intentaste apretar su mano, pero sólo pudiste palpar la humedad y frialdad de la neblina—, ¡mami!

Nadie contesta. Estabas sola en ese sendero interminable, con la niebla, el miedo y la incertidumbre como tus compañeros de viaje. ¿Dónde estaba aquella que te obligó a caminar en aquel pasaje infinito?

Tal vez ella si encontró el final del camino, y fuera un castigo el que tú te quedaras atrapada en el infinito, en algo que nunca tendría final. Por más que llores nadie te escuchará.

Lo infinito no tiene principio ni tiene fin, sólo puedes quedarte allí parada, temblando de miedo y rogando por que la niebla desaparezca y encuentres el rostro preocupado de tu madre. Pero ella no está y la neblina te envuelve hasta que no distingues ni tu propio cuerpo.

Sola y desamparada: “Pobre criatura” hubiera pensado cualquier persona que te viera en ese estado, pero no había nadie y eso te dejaba sin salida. Te quedarías en ese lugar para siempre, o hasta que el infinito tenga un final…

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No sé, no me gustó tanto. Pero no tengo más ideas :P

Dedicada a Emmanuel Montiel Martínez por darme las ideas... (¡Ya está! ¿Contento, Emm? ¬¬)

1 comentario:

  1. Miedo al infinito, es algo dificil de explicar, el infinito no tiene principio ni fin, creo que eso mas o menos lo define.

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