martes, 31 de marzo de 2009

Placer - Original.


Carta: Oscurismo
Tabla: Sangre, suicidio y muerte / Placer.
Fandom: Original / No sé qué poner aquí.
Advertencias: Escenas de violencia explícita, extirpación de órganos de manera no tan detallada. Sensibles, go home.


Placer.


Sus gritos se ahogaban mientras hundías fieramente el cuchillo en su garganta, proporcionándole una estocada cada vez que intentaba huir.

‘Uno, dos, tres’ contabas mentalmente, sintiendo su débil cuerpecillo retorcerse por el sufrimiento, ‘Cuatro, cinco, seis’; pero a pesar de tantos cortes, aún seguía con vida.

‘Muérete de una buena vez’ —pensaste mientras en un impulso arrancaste sus cuerdas bucales. Una a una salían de su destazada garganta, agitándose como los resortes, con una textura tibia y flexible. Comenzaste a reír cuando la ultima fue arrancada de su cuerpo.

Aún no terminabas, ella debía sufrir al igual que su amante; sin embargo, agonizaría más que ese miserable. No le causarías una muerte rápida como a aquél, no coitarías su pecho y le arrancarías todas las vísceras que tenías a merced: ella merecía algo peor.

Seguiste palpando los restos de su garganta.

Ella tenía los ojos en blanco y la sangre salía a borbotones de sus labios, necesitabas apresurarte o su vida se consumiría mucho antes de que empezara la verdadera diversión. Con una sonrisa de placer introdujiste tu mano por su garganta, llegando a su boca y sujetando su lengua; la estiraste y jugueteando con el cuchillo la cortaste de tajo. No gritó.

Tu rostro se descompuso en una mueca de disgusto al no obtener la reacción deseada, necesitabas verla retorcerse en agonía, que gritara a pesar de no tener con qué emitir sonido alguno, no querías que se convulsionara de manera aburrida… Eso le quitaba la diversión.

Trasladaste el cuchillo a su pecho y rompiste sus ropas. Le sonreías ‘amablemente’ a ese rostro pálido y manchado en sangre, sin importarte que se acabara pronto, realizaste una incisión a la altura de las costillas.

—Ya se volvió aburrido —musitas con somnolencia. Tu juguete no reaccionaba como le decías, salió defectuoso y era mejor destruir la mercancía—, adiós… mi amore.

Clavaste con vehemencia le cuchillo y destrozaste la caja torácica. Te abriste paso entre los huesos astillados y comenzaste a arrancar todo lo que pudieras alcanzar.

‘Pulmones, estómago, hígado, corazón’ uno a uno los órganos vitales fueron extirpados con el sonido de tela rasgándose. La sangre se deslizaba entre tus manos como la misma gloria, causando en ti la reacción que provocaría el vino en un alcohólico, o el crack en un drogadicto.

Placer. Eso te causaba ver la vida de aquella esfumándose entre tus manos… Placer, un pecaminoso sentimiento de satisfacción se extendía por tu cuerpo al vengarte de la que te engañó: Placer, sí. Un placer enfermizo que palpitaba por tu torrente sanguíneo, el deseo de que pagara todas sus faltas, el deseo de que no volviera a burlarse de ti; por ello le arrancaste los labios cuando la vida la abandonó por completo, para que no volviera a sonreír con tal cinismo, para que sus labios fueran tuyos nada más.
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Seh, raro; sin embargo me gustó... ya saben, de 'pastelitos' me alimento :P

2 comentarios:

  1. Así me gusta, Saya. Hay que meterse en la mente de un asesino para ser feliz ^.^
    Los sentimientos del asesino están muy bien descritos y te quedó muy sangriento, ¡como a mi me gusta!

    Solo que con tales heridas en la garganta es muy poco probable aguantar tanto, supongo que habrá quién lo consiga...

    Sigue así, ¡saludos!

    P.D: Soy Rena, me da pereza conectarme xD.

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  2. SiMplEmEnTe W0o0ow!!!!!

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